Leyendo a Elvio Cáceres




 Tu voz me llegó como el canto de la noche y se anidó en el pecho de mis palabras cubriendo con
 su manto al cóndor de los Andes
 Su susurro se convirtió en cascadas. Torrenciales vínculos afectivos hicieron gemir la esperanza
 Dadme el amor único de mi tierra
 Aquella que me permite sentir el éxtasis de cada bocanada de aire que respiro
 Por la cual le madrugo al Lucero de la mañana para contemplar su destello amoroso que me
 anima a emprender el vuelo milenario del curso de las estrellas
 Y verme a mi mismo a punto de despertar como una supernova principio y fin de nuestro
 destino en la tierra.

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