Abordarlo Acariciarlo Volverlo a sentir "El ayer no fue sino un sueño, y el mañana una visión" Subirse de nuevo en la barca de Osiris Renacerse Trascenderse Cantarse Un despertarse Un volver a nacer La mirla canta su melodía Otras aves le responden Trinos Armonías Sinfonías Un cafecito en la mañana Valeria dibujada en el vaso junta sus manos Congelar la infancia de la primera comunión Sentir que solo ha pasado una pulgada de infinito Una milésima de eternidad Me llama el agua del río Palace Atravesare el puente que me une con la mirada al sur Abal saldrá a despedirme ya no será como aquella vez que nos ofreció una botella de champaña de la tienda la Cooperativa y ascendimos el camino hacia la tetilla Leo nombre del Jaguar que nos acompañaba interpretó en su saxofón aires colombianos a la orilla del río Palace Hoy me acompaña un garabato para desmalezar el camino real que ha sido cubierto por el manto selvático, solo habemos tres abuelos que lo recorremos Cuántos secretos nos comunican sus piedras que atraviesan el sendero En mi corazón palpita como un tambor la voz de mi amigo cajibiano Miguel Guevara, quien con otros tres legendarios negociaron con Incora la tierra de don José María Caicedo y que Marcelino Epe fue como Emiliano Zapata el forjador de un pueblo que hoy lleva el nombre de Villa Colombia 700 hectáreas fueron concedidas a las familias campesinas. Así comenzaron las historias, como la de madre Jacinta con las tierras llamado el coscorron concedida a los Missak en Silvia. Así con dos hectáreas anexadas a Andrómeda ha comenzado la gestación de la escuela "La visión del cóndor de los Andes" Desde Orión se divisa el Tambo donde nació mi padre Simón Hernández, y que un cura se lo cambió por el de Luis Ángel