Tengo una congoja tan grande en mi Alma, que quisiera hacerla estallar en mil pedazos
Sentir la sangre joven sobre el pavimento de las calles
Ver como es arrancada la vida de su forma prístina
Mientras atravieso estos umbrales del abismo, llega a mis manos el mensaje de un niño cuyo
sueño es hacerle una torta a su madre
Es mi acicate
Una brújula en este mar de tempestades
Un ver claramente la cruz del sur y con ella orientarme
Algo me empuja más allá de los sentidos
Ese algo ignoto, desconocido, trae a mi vida el resplandor de la esperanza como el don más
grande que existe en la tierra
Y nos da a conocer a los humanos aquello que nada está perdido
Mientras exista el brillo de la mirada de un niño.