Avanza que avanza la ola gigante, muchedumbres en la calle alertan la ocasión
Los jóvenes en Colombia manifiestan: "No nos importa morir, pues no perdemos nada, no
tenemos una vida digna no tenemos porvenir, lo único que no hemos perdido es la esperanza
de hacer de este país, el país que soñaron los abuelos, y que hoy en este movimiento social lo
estamos haciendo.
Justo al golpeteo de los pasos firmes de los manifestantes me llega el poema titulado "Me
duele Allison" desde Francia de mi adorable hija poetisa María Isabel Zamora Yusti, dedicado a
la niña Allison hija de un policía desangrada por la tristeza y la desesperanza
Los golpes de las tamboras de los marchantes anuncian que el bien germina y que lo surcos de
los dolores han quedado abonados por los amores.
Florecen canciones en el alba
Manifestaciones entusiastas llenas de luz, color, y sonidos, portando banderas desplegadas de
todos los gestos gustos y sabores.
Un pueblo que ha despertado es a la vez el Cristo social levantado
Saludemos al hermano sol, a la hermana luna, y a las estrellas
A todas las organizaciones sociales
"El pueblo unido jamás será vencido "
La aseadora con su uniforme amarillo recoge la basura de la calle
Su corazón palpita al conjuro de la voz del caminante que ha sentido recoger el pálpito de esta
corazonada que ve crecer a pasos agigantados, decenas, centenas, miles de gentes
Pasan
Pasan
Pasan
Campesinos, obreros, médicos, enfermeras funcionarios públicos, maestros, pueblos de todas
las veredas, de todos los municipios, departamentos ríos y cordilleras
Desde el macizo, el trapecio amazónico hasta abarcar todos los poros de este continente
latinoamericano
Mujeres, jóvenes, ancianos, niños, niñas que siguen a sus madres alimentados por el cordón
umbilical de las parturientas que participan en esta marcha social algunas a punto de parir
porque no se quieren perder los gritos del pueblo que se libera del miedo.
Esta nueva humanidad que aspira a nacer con dignidad
Sin la explotacion de los recursos naturales de este capitalismo salvaje, que atenta contra la
vida, contra el agua de los ríos y montañas.
Ya nos cansamos
Ya basta
Ya no entregamos nuestros hijos a la guerra, al horror y la muerte
Oh Dios omnipotente que todo lo ves ha llegado la oración del amor que al alma colombiana la
engrandece.
La marcha es interminable y no se detiene hasta poder obtener las plenas garantías sociales,
hasta que el hultimo residuo del desamor quede desterrado para siempre, porque una nueva
historia se está escribiendo.
Veo en el puesto de la esquina del barrio las Américas, un hombre con su mesa rodante,
mientras el aire es traspasado por el grito que anuncia "mazamorra". Del río desbordante
e incontenible se ha desprendido un hilillo de manifestantes arropados con las banderas
tricolores de la gran Colombia, le compran a Gregorio chontaduros con miel y sal, luego se
vuelven a unir a su cauce, su propósito es quitarles a las multinacionales el monopolio de
nuestros recursos naturales, como lo hizo Gandhi con su pueblo de la india al quitarles el
monopolio de la sal al imperio británico.