EL libro que juntos escribimos.

Nada es casual, todo ocurre con un propósito preconcebido,
con un porque en nuestra garganta.
con un para que en nuestro corazón.
Lo que ayer fue un sueño, hoy se convierte en una esperanza,
¿Quien podrá detener un estallido de la juventud que aboga por un país digno de ellos (as)?.
en cada ser humano hay rasgos de bondad.
nuestro reto: encender una luz en la oscuridad,
eso estamos haciendo cada uno,
cada quien a su manera,
dejar el semillero de una pedagogía del amor como la enseñó mamá Barbara, una pedagogía de
la libertad herencia de Simón Rodríguez,
de la alegría sembrada en los corazones de los niños del campo,
de la sana convivencia entre hermanos(as).
Hoy sus herederos(as)levantan su estandarte en los escenarios de la historia.
El vinculo ancestral por la tierra ha permitido interiorizar una lideresa, un líder en esta diáspora
social que nos anima a mantener los principios por los cuales les damos permanencia a lo que
somos,
hemos sentido en nuestros corazones aquel sentimiento de saber de donde venimos,
y esta fuerza moral inculcada desde el seno de la familia, ha permitido atraer a ese ser esencial,
que hoy toma las riendas de su propio destino y que aboga por la dignidad para todos los
hermanos(as).
Mi invitación es a trascender toda ideología, partidos políticos, toda creencia, toda religión, y
sembrar en los campos de Colombia el amor para transformar este país,
convertirlo en el hogar de los sueños de nuestros hijos,
que aspiran a recoger los frutos de una obra que hemos iniciado.
Honor y gloria a lideresas y líderes, que tomaron en sus manos la antorcha olímpica de la gran
fraternidad de los pueblos hermanos,
y llegaron a todos los rincones de nuestro territorio a desarmar y extinguir el último reducto de
violencia,
porque nos dimos cuenta que no hay mejoramiento sin una transformación agraria,
para hacer de nuestro país uno de los mayores productores de alimentos.
Pasión por la tierra, voluntad de servicio, amor a las comunidades, soberanía alimentaría,
seguridad social, defensa de los recursos naturales,
se constituyen en fundamentos para hacer alborear la conciencia del cambio,
porque si nos hemos levantado con este clamor de justicia social,
es para jamás perder esta batalla final y lograr afianzar:
La pedagogía del amor.
El valor de la palabra.
La autonomía en las desiciones,
El respeto a la diferencia,
El derecho a ser felices,
Quién soy deja huella,
y que nos ha permitido establecer una ruta en este transitar de caminos juntos, sobre las base
de las asambleas populares, que se han establecido en ciudades, y veredas, donde provienen
focos de luz con destellos de la bandera de Colombia.
La Florida- Cajibio, vivirá eternamente en nuestros corazones ,
al sentirnos identificados en el gran libro que construimos juntos,
y nos da la soberanía y la autenticidad de seres prodigiosos, amantes del teatro, la poesía y el
canto,
obras costumbristas y sociales, que se llevaron a las veredas cajibianas,
a Silvia-Jambalo,
al pueblo originario Missak en San José de la laguna,
acompañados de la mano de Jacob Rivera Tuberquia y demás integrantes de Nausimake,
seres que vencieron la timidez, y el miedo,
al enfrentarse a representar personajes en diferentes escenarios,
artistas de palabras dibujadas, comunicadores de sentimientos, cantores y cantoras de idilios
amorosos,
arquitectos de esa gran Colombia que hoy alborea en cada hogar de la patria.
Un saludo originario, ajo metacuyashim (por las buenas relaciones), y mis respetos y
agradecimientos hacia aquellos (as) que han sabido mantener encendida la llama de la
esperanza en estos días turbulentos para salir definitivamente de esta polarización de fuerzas
opuestas, como decía mi hijo Salvador Hernández, una vez que le compartí mis sentimientos
encontrados después de ofrecer un recital de poesía en Corinto-Cauca, y me consolaron sus
palabras:
"En Colombia esas luchas, seguirán hasta que no cesen las profundas contradicciones de
nuestra sociedad en la que los valores de la Colonia y de la posesión violenta de la tierra y los
recursos están aún presentes y en la que los guerreros se convierten en dos espejos, esa es una
guerra especular de monstruos contra monstruos"

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