LAS LUCES DE PARÍS


Marian ha trepado a la torre eifel
pareciera que la cuerda tejida por los ganzos,
La subieran,
para que sus ojos,
contemplaran las luces de la ciudad,
que nunca duerme,
la ciudad de la bohemia,
de los poetas,
pintores,
que trazaron las tenues líneas de la eternidad en sus lienzos,
o en las hojas del tiempo,
Marian ha sentido el vértigo de lo absoluto,
agarrada a las escaleras,
sintiendo el destello de su ser,
en la noche parisiense,
ayer en Lyon,
otro día en Italia o España,
su alma no tiene límites de espacios,
y está presente en las honduras de cada paisaje,
atenta al movimiento de cada hoja,
porque tal vez sintió,
que el viento se levanta,
y que debemos disfrutar la vida,
Marian se detiene,
ve ceñirse sobre sus hombros, mariposas amarillas,
lleva a macondo en sus orillas,
la acompaña Nataly,
sujetándola del brazo,
para que no se lance,
a abrazar otras estrellas,
por ahora,
se quede contemplando,
las luces de París.
o el mausoleo de Víctor Hugo,
el poeta insigne.

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