Tomado de una leyenda medieval.


Plantearse un diálogo con uno mismo
¿Qué es uno mismo?
¿Existe o está a la sombra?
¿Es un observador y un observado, al mismo tiempo?
Algunas veces actúa frente al público
Otras permanece detrás del telón
Repite el libreto anterior
Otras se reinventa
¿Quien es?
Es hombre y Dios al mismo tiempo
El uno no puede prevalecer sin el otro
Es emperador y mendigo
En la preeminencia de su poder
Puede suceder
Que desafíe el poder real
Y negar su divinidad
No es extraño que sienta un calor que carcome sus entrañas
E invitar a sus súbditos a cazar
Y despojado de su traje real, meterse en las aguas de un río
De pronto algo ocurre
Es despojado de de su ropa por otro que se le asemeja
Y toma las riendas de su brioso corcel
El sale de las aguas avergonzado de su propia desnudez
Y en quien primero piensa es en acudir a la bondad de uno de sus súbditos
Este lo desconoce y lo hace empalar
Luego acude a otro y es igualmente apaleado
Finalmente acude a su confesor
Pero el confesor lo ve como al mismo diablo
Se confiesa y se arrepiente de haber negado su divinidad
Su confesor lo dota de prendas para acercarse a su corte
Es reconocido
Y quién lo ha suplantado es su propio angel de la guarda

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