La cita estaba dada
el corazón lo anunciaba
"Debes regresar"
Allí se sembró en tu alma
La poesía
Acudí a ella
Allí estaba
Como la vez primera
Me vi en sus ojos
Ella la anunciadora
La que vela en las noches cubiertas de estrellas
A su contacto
Mis ojos se abrieron
Se despojó del velo
La desnudez de la belleza todo lo cubría
Fue entonces
Que me contemplé a mi mismo
Me reconocí a si mismo
Me acepté a mi mismo
Atrás quedaron las batallas y las luchas
Los arañazos en la espalda
Me dije
De que valió tanta separación
Si, siempre llegamos a lo mismo
Puedes coger atajos
Trochas
Y allí está al final del camino
Ofreciéndote la mano
Herido
Malhumorado
No importa
Te prefiero de ambos lados
En la luz y la sombra
Eres mi creación
Juntos
Ahorillados
Nos estrechamos en un abrazo
Lloras en mi pecho
Una canción
La canción del eterno retorno a casa
Hijo pródigo
Regresaste
Al rincón florido
Donde escribiste tus primeros versos