VIAJAR EN CAMION


Me recuerda los viajes con mi Hermano el mayor Bernardo.
Un día estando adolescente me llevó a Bogotá, atrás balanceandome en la hamaca, experimenté
ese estado de gozo indescriptible, evocó este recuerdo, debido a que el viaje a la Florida-Cajibio,
lo hice en este medio de transporte, dado que el conductor fue mi alumno de clase, Erwin
Enimer Campo alias Campiño, y este alias no es despectivo es el homenaje que se se le hace
por su destreza en el manejo del balón cuando jugaba futbol, y reivindicó el buen nombre
de la escuela la Florida por cuanto en los campeonatos de fútbol siempre nos goleaban, ya
estábamos casi desesperanzados pero llegó el dia gracias a la tezon de Martín Ortega mi
compañero colega en que se reunieron junto a Erwin, Leonel el hijo de Laurence Ramos, Andrés
Velaco, Yamith nieto de Manuel Cruz Serna y otras estrellas y lograron en el último campeonato
vencer a la meseta 5 a 1.
Martín me llamó a darme esta primicia y yo estaba recuerdo en el barrio Bolívar, un grito de
poder sacudió las entrañas de mi ser…
-Conmigo viajaban atrás dos padres de familia también les eduque a sus hijos Gérardo Chala,
hijo de Rodolfo Chala (q.p.d) patriarca de la región, quien le regaló a la comunidad el terreno
donde funciona la escuela, el otro padre de familia, Yony Belalcazar, mientras escribo este texto,
aparecen dos cerrajas, las veo por mi ventana, plumaje azul cielo, amarillo oro, negro azabache.
-De rama en rama
Van cruzando el espacio
Llevando consigo la belleza del paisaje
Su característico gorjeo
Da vida a este escenario
Han suspendido este instante…
-El motor Chevrolet se ha puesto en movimiento, la lluvia acaricia la carpa, cerrados los 4 lados,
penetro en el laberinto del tiempo, otros recuerdos se asoman en mi ventana, como aquel
cuando tomaba el transporte desde el Bordo-Cauca hasta mi sitio de trabajo San Pedro-Patia, y
me veía rodeado de esas negritas risueñas, mientras el ayudante vociferaba el destino del carro
hacia un pueblo arrecho,
Etnia afro
Vértigo de una pasión encendida
Fuego de una raza oprimida.
-Que pronto llegamos a la tetilla, veo la casa de la matriarca Paula Capote (q.p.d) guardiana del
cerro, quien una vez me dio a conocer como podía recuperar el asombro bebiendo, el manantial
de su pecho
-Si doña Paula algún día he de subir, y beberé a manantiales de esa agua de vida que baja de la
Peña.
Y que quedó plasmada en la poesía: "Un hombre sin Alma "en el libro Poesía Vivencial.(mamá
Barbara me sugirió que el libro lo llamara de ese modo)
Al llegar donde Heriberto, Maria Milvia salió con una gaja de plátanos a obsequiarmela y dos
panelas, justo en el desayuno de hoy, difruto sus tajadas, con huevos y una arepa que guardé en
la nevera, porque ayer la puse a funcionar.
Yupi, la nevera que me obsequió mi Hermano Vicente, después de haber estado inactiva entra
también ha hacer parte de esta historia, ( a mi me pasa, lo del niño de la película:Hugo Cabret
me da desconsuelo cuando los objetos no están cumpliendo su función a la cual fueron
destinados, es igual con las personas que no están cumpliendo su propósito en la tierra, o se
olvidaron, o tal vez sufrieron una ruptura y necesitan ser reparadas, y solo el amor es capaz de
sanarlas.

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