Se nos dio la tierra para perpetuarnos en su memoria
Los hermanos y hermanas que un día partieron volverán a ella
Entretanto seguiremos sembrando
Abriendo caminos
Despejando travesías
Recuperando atajos para llegar al pozo de María
La tierra nos llama en porfía
Y ellos escucharán el llamado un día
El hombre moderno busca por fuera lo que hay adentro, muy adentro de nuestras raíces
El camino del retorno es inevitable pues se lleva en la sangre
Habéis podido llegar a las civilizaciones mas avanzadas en el planeta tierra
Habéis contemplado su esplendor y decadencia
Nada equiparable con el pulso y esfuerzo par levantar un hogar rural donde tenemos en el patio
el resplandor de las estrellas
Y las aguas provenientes de la montaña
No tratadas
No contaminadas
Donde sus nacimientos son protegidos por reservas y parques regionales
Los productos sanos que sembramos en las huertas familiares garantizan una nutrición de
calidad para nuestros hijos e hijas
La cadena biológica alimenticia se sostiene tanto para humanos como animales
No hay bendición mas grande que dar de comer a las gallinas levantadas con maíz
Mientras nuestros hijos pasan el tiempo en las ciudades
El campo se ve abandonado
Reunir esfuerzos para garantizar lo básico para vivir he aquí el camino
Pronto en Colombia ya no se hablará de reformas
Se hablará de transformaciones y con los ímpetus que sostenemos en esta marcha social por la
dignidad damos paso al plan de vida para la nación
Nuestra propia autodeterminación sin injerencia de otros gobiernos nos mostrará la grandeza
de la estirpe ya no condenada a 100 años de soledad sino a un regreso a la memoria de la
humanidad
A un conectarnos con el origen de donde partimos
Solo nos queda por anunciar que la Aurora de los dioses ha comenzado, el heraldo ha dado la
señal, y que muy pronto en nuestro suelo la justicia reinará, y todos cantaremos el himno de la
paz.