Cumplido este bicentenario de los pueblos de América, recogemos el eco de nuestro libertador
Simón Bolívar en el sentido de unirnos en un solo continente, toda la América del sur unida
en vibrante armonía en un solo destino común, tenemos que hacerlo nosotros para que las
generaciones que nos presedan recojan sus frutos.
Desde ahora visualizamos con entera claridad meridiana desde la gran patria Colombiana hasta
la Patagonia una sola hermandad unida por el bien común de restablecer la grandeza de Manco
Capac, Viracocha y Quetzacoal.
Hemos aprendido después de 500 años a reconocer los fundamentos de nuestra sociedad civil
que se apoya en la libertad, justicia social, unidad.
Esta nueva generación que borra toda división, gracias al salto cuántico de comunicación
entre si, nos permite dilucidar que somos una conciencia universal establecida en la tierra
para nuestro bien mas elevado, al reconocernos como hermanos hemos borrado todo aquello
que nos había incapacitado para comprender la magnificencia de la vida, ya son muchos los
inmolados que han ofrecido su vida.
¿Y yo me pregunto defendiendo que?-
-Ya hubo uno que entrego su sangre por nosotros.
El estandarte que levantarnos lleva el blanco de la pureza de nuestros sentimientos.
La raza humana ha comprendido la necesidad de preservarnos y aquellos que se pelean la
supremacía caerán como moscas atrapadas, porque nos hemos liberado del miedo, el miedo a
equivocarnos
Nos acercamos al momento visualizado:
-La verdad se revela a si misma.