Hemos de volver
Al mundo construido con nuestras manos,
a los sueños que hemos tejido,
¿Quienes están conmigo?
Solo él eco de mi propio silencio me responde.
todos somos pasajeros en este mundo, nada nos pertenece,
lo único inamovible es la tierra que heredamos,
dadme un pedazo de ella,
y la haré fertilizar,
no importa que las hormigas, le arranquen las hojas al arbolito que sembré,
solo le colocare a los tallos un vaso de yogur,
el cual lo abriré hasta la mitad,
y por dentro a su alrededor le colocare espuma impregnada de aceite,
y vere crecer el resto de mis árboles frutales,
tal vez sus frutos sean degustados por mis hijos e hijas,
o por mis nietas y nietos,
esta tierra tiene la fuerza ancestral Chala, Epe,
sus propietarios( q.p.d) legaron a sus descendientes centenares de hectáreas,
me permitieron habitar en tres de ellas,
y lo más sorprendente,
con nacimientos de agua,
son los ojos de Dios que nunca se secan,
beber de ellas,
es beber Ambrosía de las entrañas de la madre tierra.