LA SEÑAL DEL COLIBRÍ


El colibrí se ha cruzado como un rayo de luz por la ventana;
mamá Bárbara lo ha notado,
mientras dialogabamos en la cocina de la fundación las Pléyades;
luego se nos acerca Gema a compartirnos su experiencia;
mientras esperaba a su hermana en el baño;
lo vio llegar,
y al cruzarse sus miradas, comulgo con el espíritu de su padre que le decía:
"De mis experiencias que tuve la oportunidad de compartir con ustedes, recuerden solamente
aquellas que con nuestras manos hicieron posible levantar la casa de los sueños,
en las estribaciones del valle del Cauca, y a donde llegan los vientos de las montañas;
ustedes en la fogata que hicieron anoche me mencionaron,
y hoy en esta forma de colibrí me presento a mis hijas amadas;
mis cenizas arraigadas al lado del nogal son las guardianas de este templo solar, lugar donde se
contempla la majestuosidad de la naturaleza en su esplendor,
todos tenemos un náhuatl, el mío ha asumido el del colibrí;
que extrae el néctar de las palabras y las convierte en susurros musicales".
Un delirio febril me invade y siento que la vida es, ha sido y será; mutamos de forma, pero
siempre permanece nuestra esencia inmortal.

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