El fuego crepita,
la llama se aviva,
se limpia el terreno para la siembra,
han venido,
han llegado,
desde tierradentro-Morales,
dos trabajadores,
-Raquel y Josue, también se les ha unido Duvan,
sirvió la guadañada que nos hizo Rorigo Chala,
ahora se ha despejado el territorio sagrado,
el sendero que conduce al pozo de María,
a cada golpe de azadón la tierra gime por ver nacer las mazorcas de maíz,
el pájaro carpintero se asoma en la silueta de Raquel,
vendrán azulejos, mochileros, hasta halcones y gavilanes a degustar la cosecha,
y cuando desgranemos el maíz de las mazorcas,
muchos granos habrán alimentado la fauna silvestre,
mientras el fogón espera la masa y la leche para cocer los envueltos,
en esta fiesta universal de las almas, venidas desde Budapest, París, Canadá, Suiza y Viena
( bien adentro de Florida- valle)
porque Helena debe probar el manjar que ofrece esta tierra consagrada a los hijos e hijas de
Abraham,
que vinieron a festejar, a golpe de tambores,
el ritual del maíz,
herencia originaria,
donde conviven, niñas, niños, abuelos abuelas, bisabuelas, madres y padres,
porque supieron escuchar la señal, y respondieron al llamado,
de Dios y de los guías ancestrales.