Actores d' este drama humano,
acompañados de fuerzas sobrehumanas,
de tanto tener los pies sobre la tierra,
nos olvidamos de contemplar las estrellas,
algo nos llama,
como si una queja en el alma,
nos retornara a un paraíso,
que perdimos,
no dictado por la razón,
sino por la intuición,
y con este presentimiento nos mantenemos firmes,
para instaurarlo de nuevo en el corazón,
puede ser que un niño,
una niña,
penetre en esa selva oscura de la razón,
y nos devuelva la ecuanimidad,
y el sustento de aferrarnos a lo que eramos en un principio,
cuando vivíamos desde el corazón,
y todo lo veíamos con claridad,
afortunadamente tenemos el arte de la palabra escrita,
para desnudar el alma,
y alimentarla de nuevo,
de aquello atractivo y placido a la vez,
como balancearse en un columpio,
y sentir el vértigo del movimiento en nuestra piel,
o sentir las gotas de agua que se deslizan como una caricia,
y nos procuran el placer,
nunca es tarde para volver a recordar,
aquello que valió la pena,
y nos vuelve a ocupar en el lugar,
donde podemos explorar con la curiosidad,
esa apertura de una nueva realidad,
mundos mágicos,
universos paralelos,
en los que estamos inmersos,
y que solo cuando usemos,
esa varita mágica se la imaginación creadora,
podemos abordarnos en belleza,
color y hermandad