Querido hijo David
Te agradezco por permitirme compartir con Chael, este extraordinario encuentro de hace más
de 12 años cuando nos vimos en Popayan.
Volver a dialogar con ella, y haberme invitado a disfrutar de un cálido encuentro con Carolina
y Mauricio en su hogar, degustando unos huevos fritos, pandebonos y un aromático café,
evocando la memoria de chavita, Carmelita, Amparo, Gustavo, Bernardo, Naja, Vicente.
Te admiran mucho, tu clara inteligencia, tu sentido del humor, y a Esteban su fluidez, dotes de
nobleza, el énfasis de su palabra certera.
Se puso feliz chael cuando me llamó y darse cuenta que yo estaba en Cali.
Se tomó el esfuerzo de mandarme un transporte público " Uber", y quién lo manejaba era un
sargento de la policía, quien me fue contando su historia, atravesamos la ciudad de sur al
oeste, cerca de Cristo rey, chael fue bajando las gradas, la sentí cómo a Carmelita, heredó su
belleza; al llegar dos perros guardianes me dieron la bienvenida, Mauricio estaba haciendo los
pandebonos; les llevé un velon que mandó Diana para encenderlo por nuestros ancestros, y el
libro sociodramas y cuentos con una dedicatoria.
Luego nos fuimos adentrando en el diálogo, evocaba la escena de los estudiantes del
colegio San Agustín cuando fueron a pedirnos ayuda a los liceistas y las acompañamos
a una manifestación al frente de la gobernación, luego nos llegó la fuerza pública y fuimos
dispersados por el efecto de los gases lacrimógenos, su gesto marcó el grito de la mujer
caucana emancipada.
Afloraron las historias contadas por Lucía sobre apariciones permitiendo abrir un portal hacia lo
desconocido.
Chael está indagando sobre una compañera de estudios de Carmelita, llamada Leny, y en esa
búsqueda estamos, Leny también vivió en las Américas
Y este fluctuar de emociones encontradas fueron fluyendo múltiples experiencias, dándole
colorido y belleza a aquello vital para saber de dónde venimos
Orígenes que mantienen el hilo conductor de lo que somos.
El desentierro de piezas precolombinas halladas por Mauricio en un lago cuando buceaba.
Y saber que estas historias entretejen narraciones que nos va marcando la vida, y sobre todo
nos fortalece en nuestras relaciones familiares.
De regreso me llevaron al apartamento, no fue una despedida, fue el sentir que nos vemos en el
camino.