Antonio Hernández Vélez, nacido en 1951 en Piendamó - Cauca Colombia, es un maestro rural que durante 44 años, se ha servido de las obras de teatro y de la literatura como herramienta pedagógica. Es decir, de lo que se trata es de que el niño pueda aprender creando y que en el ejercicio de esta creación sea capaz de encontrar su pleno potencial en el amor a la escuela, al campo, en el amor a sí mismo. En las montañas de uno de los departamentos más pobres de Colombia, este profesor ha construido un mundo de aprendizaje y una escuela de expresión.

Todo empezó cuando, en una ocasión se robaron los pescados que  criaba con los niños de la escuela,  al montar y llevar a escena una obra de teatro sobre este episodio, comprendió el poder terapéutico y sanador de la palabra escrita y del teatro. El niño, que hacia el papel de juez, sentenció a 50 años de olvido a los responsables de este delito de lesa humanidad.

Escribiendo su primer cuento, "Amanecer campesino”, se dió cuenta de que podía reinventarme a sí mismo y crear una nueva versión de la realidad que atravesaba" junto con los niños. La pedagogía es, siguiendo a Freire, una posibilidad de liberación, un horizonte de posibilidad que permite la realización del niño al maravillarse con su entorno.

La poesía es  el mayor poder que tenemos los humanos para restablecer la conexión con el alma.